يَا أُمَّ الْمُؤْمِنِينَ، أَنْبِئِينِي عَنْ خُلُقِ رَسُولِ اللهِ صَلَّى اللهُ عَلَيْهِ وَسَلَّمَ، قَالَتْ: أَلَسْتَ تَقْرَأُ الْقُرْآنَ؟ قُلْتُ: بَلَى، قَالَتْ: فَإِنَّ خُلُقَ نَبِيِّ اللهِ صَلَّى اللهُ عَلَيْهِ وَسَلَّمَ كَانَ الْقُرْآنَ.
[صحيح] - [رواه مسلم في جملة حديثٍ طويلٍ] - [صحيح مسلم: 746]
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De ‘Aisha, que Al-láh esté complacido con ella, dijo (marfu’): ‘El carácter del Profeta de Al-láh, que la paz y las bendiciones de Al-láh sean con él, era el Corán’.
[Hadiz auténtico (sahih)] - [Registrado por Muslim]
La explicación del hadiz es que el Profeta, que la paz y las bendiciones de Al-láh sean con él, cumplía con lo que el Corán ordenaba; y evitaba lo que el Corán prohibía, tanto en sus ritos de adoración a Al-láh, como en sus interacciones con los siervos de Al-láh. Por tanto, su carácter era el Corán. En el hadiz narrado por Umm al-muminin (la madre de los creyentes) ‘Aisha, que Al-láh esté complacido de ella, es una clara señal de que si queremos emular el carácter del Mensajero de Al-láh, que la paz y las bendiciones de Al-láh sean con él, hemos de tomar el Corán como nuestro carácter, que se convierta en nuestro guía, en nuestros ritos de adoración e interacciones, tal como hacía el Profeta, que la paz y las bendiciones de Al-láh sean con él.