كُنْتُ خَلْفَ رَسُولِ اللهِ صَلَّى اللهُ عَلَيْهِ وَسَلَّمَ يَوْمًا، فَقَالَ: «يَا غُلَامُ، إِنِّي أُعَلِّمُكَ كَلِمَاتٍ، احْفَظِ اللهَ يَحْفَظْكَ، احْفَظِ اللهَ تَجِدْهُ تُجَاهَكَ، إِذَا سَأَلْتَ فَاسْأَلِ اللهَ، وَإِذَا اسْتَعَنْتَ فَاسْتَعِنْ بِاللهِ، وَاعْلَمْ أَنَّ الْأُمَّةَ لَوِ اجْتَمَعَتْ عَلَى أَنْ يَنْفَعُوكَ بِشَيْءٍ، لَمْ يَنْفَعُوكَ إِلَّا بِشَيْءٍ قَدْ كَتَبَهُ اللهُ لَكَ، وَلَوِ اجْتَمَعُوا عَلَى أَنْ يَضُرُّوكَ بِشَيْءٍ، لَمْ يَضُرُّوكَ إِلَّا بِشَيْءٍ قَدْ كَتَبَهُ اللهُ عَلَيْكَ، رُفِعَتِ الْأَقْلَامُ وَجَفَّتِ الصُّحُفُ».
[صحيح] - [رواه الترمذي] - [سنن الترمذي: 2516]
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De Ibn Abbás, que Al-láh esté complacido con los dos, que dijo: “Estaba un día detrás del Profeta, que la paz y las bendiciones de Al-láh sea con él, y me dijo: ‘¡Muchacho, te enseñaré unas palabras!: Protege a Al-láh (Su Din) obedeciendo sus mandatos y alejándote de sus prohibiciones y Él te protegerá; protege a Al-láh y siempre estará contigo; y si pides ayuda, pídesela a Al-láh. Y debes saber que si toda la gente se reuniera para beneficiarte en algo, no te beneficiarían en nada que no hubiese decretado Al-láh para ti; y si se reunieran para perjudicarte en algo, no te perjudicarían en nada que no hubiese decretado Al-láh para ti. Pues ya está todo escrito’. ” Lo relató At Tirmidí (Hadiz Hasan) Y en otro relato: “Obedece los mandatos de Al-láh y lo encontrarás frente a ti. Ve en busca de Al-láh en la abundancia y El irá en busca de ti en la estrechez. Debes saber que tu error o acierto no van a impedir lo que te haya de suceder por decreto. Y que la ayuda de Al-láh vendrá con la paciencia. La felicidad sigue a la desgracia. Y que después de la dificultad viene la facilidad. ”
En este grandioso hadiz, el Mensajero de Al-láh -que la paz y las bendiciones de Al-láh sea con él- se dirige a un joven que es Ibn Abbas - que Al-láh esté complacido con ambos- para darle un consejo grandioso en el que le recomienda seguir los mandatos de Al-láh - Enaltecido sea- y evitar sus prohibiciones en todo momento y lugar. Al mismo tiempo, el Mensajero de Al-láh le corrige su fe desde la niñez al dejarle claro que no hay otro creador excepto Al-láh, nadie tiene poder por encima de Al-láh, nadie ejecuta todo cuanto nos rodea excepto Al-láh. No hay intermediario entre el siervo y su Señor. Es Él - Exaltado sea- al que se debe acudir en los momentos de calamidad y es a Él a quien debe suplicar cuando alcanza el castigo. El Mensajero de Al-láh -que la paz y las bendiciones de Al-láh sea con él- implantó la semilla de la fe en el corazón de Ibn Abbas- que Al-láh esté complacido con ambos- la fe en lo que Al-láh ha dispuesto en todos los asuntos.