عَنْ أَبِي هُرَيْرَةَ رضي الله عنه قَالَ: قَالَ رَسُولُ اللهِ صَلَّى اللهُ عَلَيْهِ وَسَلَّمَ:
«إِذَا وَجَدَ أَحَدُكُمْ فِي بَطْنِهِ شَيْئًا، فَأَشْكَلَ عَلَيْهِ أَخَرَجَ مِنْهُ شَيْءٌ أَمْ لَا، فَلَا يَخْرُجَنَّ مِنَ الْمَسْجِدِ حَتَّى يَسْمَعَ صَوْتًا، أَوْ يَجِدَ رِيحًا».
[صحيح] - [رواه مسلم] - [صحيح مسلم: 362]
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Abu Huraira —que Al-lah esté complacido con él— narró que el Mensajero de Al-lah —la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él— dijo:
«Si alguien siente algo en su vientre y duda si ha dejado salir algo (alguna ventosidad), no debe abandonar la mezquita hasta que oiga un sonido o perciba un olor».
[Hadiz auténtico (sahih)] - [Registrado por Muslim] - [صحيح مسلم - 362]
El Profeta —la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él— aclara que, si el orante nota algo en su vientre y duda si ha expulsado una ventosidad, no debe abandonar el rezo e interrumpirlo ni repetir la ablución hasta que esté seguro de haberla invalidado; y para ello debe haber oído un sonido o percibido un olor. Esto se debe a que la certeza no se elimina con la duda, y la persona está segura de haber realizado su ablución, pero duda sobre si la ha invalidado.