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عَن أَبي مُوْسى الأَشْعريِّ رضي الله عنه قال: قال رسولُ اللهِ صلى اللهُ عليه وسلم:
«مَثَلُ الْمُؤْمِنِ الَّذِي يَقْرَأُ الْقُرْآنَ كَمَثَلِ الْأُتْرُجَّةِ، رِيحُهَا طَيِّبٌ وَطَعْمُهَا طَيِّبٌ، وَمَثَلُ الْمُؤْمِنِ الَّذِي لَا يَقْرَأُ الْقُرْآنَ كَمَثَلِ التَّمْرَةِ، لَا رِيحَ لَهَا وَطَعْمُهَا حُلْوٌ، وَمَثَلُ الْمُنَافِقِ الَّذِي يَقْرَأُ الْقُرْآنَ مَثَلُ الرَّيْحَانَةِ، رِيحُهَا طَيِّبٌ وَطَعْمُهَا مُرٌّ، وَمَثَلُ الْمُنَافِقِ الَّذِي لَا يَقْرَأُ الْقُرْآنَ كَمَثَلِ الْحَنْظَلَةِ، لَيْسَ لَهَا رِيحٌ وَطَعْمُهَا مُرٌّ».

[صحيح] - [متفق عليه] - [صحيح البخاري: 5427]
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Abu Musa Al Ash'ari —que Al-lah esté complacido con él— narró que el Mensajero de Al-lah —la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él— dijo:
«El ejemplo del creyente que recita el Corán es como el de una cidra (fruta parecida al limón); huele y sabe bien. El ejemplo del creyente que no recita el Corán es como el de un dátil; no desprende aroma, pero su sabor es dulce. El ejemplo del hipócrita que recita el Corán es como el de la albahaca; huele bien pero su sabor es amargo. Y el ejemplo del hipócrita que no recita el Corán es como es el de la coloquíntida; no tiene aroma y su sabor es amargo».

[Hadiz auténtico (sahih)] - [Registrado por Al-Bujari y Muslim] - [صحيح البخاري - 5427]

La Explicación

El Profeta —la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él— aclara las categorías de las personas en relación con la recitación del Corán y el beneficio que obtienen de él.
La primera categoría está constituida por los creyentes que recitan el Corán y se benefician de él, y son comparados con el fruto del cidro, cuyo gusto es agradable, huele bien y tiene buen color, además de tener numerosos beneficios. Este grupo pone en práctica lo que recita y beneficia a los siervos de Al-lah.
La segunda la componen los creyentes que no recitan el Corán, y son comparados con el dátil, cuyo sabor es dulce pero no tiene olor, porque su corazón contiene fe al igual que el dátil contiene dulzor en su interior. No obstante, no desprende un olor que pueda ser percibido por la gente porque no se puede escuchar de ellos ninguna recitación que conforte a los demás.
La tercera la forman los hipócritas que recitan el Corán, y son comparados con la albahaca, cuyo aroma es agradable, pero es amarga de sabor, porque sus corazones no se reforman con la fe y no actúan según el Corán. Delante de la gente se comportan como creyentes, pues su olor es bueno y se parece a su recitación; pero su sabor es amargo, similar a su incredulidad.
La cuarta categoría es la de hipócritas que no recitan el Corán. Son como la coloquíntida, que no tiene aroma y cuyo sabor es amargo. La falta de su fragancia se asemeja a la falta de aroma de estos hipócritas debido a que no recitan el Corán, y la amargura de su sabor se asemeja a la amargura de su incredulidad. Su interior está vacío de fe y su exterior no aporta beneficio alguno; más bien, es perjudicial.

Entre los beneficios del HADIZ está

  1. El hadiz muestra la virtud de quien memoriza el Corán y actúa según él.
  2. Un método de enseñanza consiste en poner ejemplos porque facilita la comprensión.
  3. El musulmán debe tener como costumbre la lectura de una porción constante del libro de Al-lah.
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