Transmitan de mí aunque sea un signo, si relatan algo sobre los hijos de Israel no hay problema en ello y quien mienta sobre mí a propósito que se prepare para tomar su lugar en el fuego. Lo que prohibió el Mensajero es lo mismo que prohibió Al-láh. Quien transmita de mí un hadiz, a sabiendas de que es mentira, será uno de los mentirosos. No escriban nada sobre mí, y quien ha escrito algo que lo borre, salvo el Corán, relaten sobre mí, pero quien mienta intencionalmente al relatar algo sobre mí se le designará un sitio en el fuego del Infierno. De las calumnias más graves que un hombre puede cometer es: que se atribuya ser hijo de un hombre que realmente no es su padre, o que afirme haber soñado algo que realmente no ha visto nada, o que atribuya al Mensajero -la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él- lo que no ha dicho.